jueves, 2 de junio de 2011

Laguna Llaviucu (Zorrocucho)

El caminar por caminar no es un arte muy cultivado en mi familia. Pero poco a poco estoy aprendiendo a apreciar lo que Dios ha hecho y que el hombre con esmero cuida y protege.

Croquis del Parque Nacional Cajas


El Parque Nacional "Cajas" ofrece al turista aire puro, senderos marcados, cientos de lagunas y áreas llenas de fauna y flora típicas del lugar.  Hace poco tuve la oportunidad de visitar una esquinita de dicho parque - y tuve seis guardaespaldas a mi disposición:  mi esposo, mis hijos, un amigo y su hijito.  ¡Fue una aventura maravillosa!


Croquis de ubicación.


El costo de la entrada para adultos (extranjeros o nacionales) es de USD 2; mientras que los niños mayores de 5 años pagan solamente USD 0,5.  Este rubro cubre tanto la entrada al parque, como un mapa detallado de todo el área - no solamente de la laguna Llaviucu.  Esta laguna puede ser recorrida por personas pequeñitas como mayores.  Ya que los días previos a nuestra visita había llovido mucho, fuimos bien preparados con impermeables y botas. Más tarde nos alegraríamos de haber tomado esa buena decisión. En áreas lodosas existen caminos entablados para evitar accidentes.


 Sendero hacia la laguna

Al filo de la laguna vimos patos, y en los árboles circundantes atisbamos unas aves azules topacio. Desconozco (¡qué vergüenza!) de qué especie se trataba. Llevamos una caña de pescar; y aunque uno de mis guardaespaldas consiguió un gusano como carnada, ningún pez se dejó engatusar lo suficiente; y no logramos ningún fruto de la laguna. La experiencia nos ha enseñado que en esos casos es mejor ir preparado con algunos emparedados y afines.



El rio zigzagueante

En nuestro recorrido de toda la mañana nos topamos con tres familias en diferentes puntos del parque, dos de ellas también tratando de pescar. Nos imaginábamos que ellos eran más hábiles que nosotros.  Asumimos esto, guiados por el tamaño y número de sus cañas de pescar. Nunca sabremos si alguno de ellos logró lo que nosotros no.

A la otra orilla de las llamas.

Al aceptar que no comeríamos trucha ese día, buscamos un lugar apacible para aprovechar los emparedados de pollo preparados en la mañana, y una tacita de café pasado, que se escondía del frío en el fiel termo nuestro. ¡Maravilloso!


De regreso tras el almuerzo

Tras un buen almuerzo - y después de recibir un poquito de lluvia y caerme en un lodazal - estaba lista para empezar el camino de retorno a la bella comodidad de la ciudad. Todos lo disfrutamos, y sin temor a equivocarme, si tuviese la oportunidad de visitar a la Llaviucu otra vez, con gusto lo haría.

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